La crisis Europea comienzos
La crisis europea, que comenzó siendo bancario-financiera (2007-2008) y se convirtió en estatal-soberana (2010), es hoy una crisis de crecimiento
La crisis
económica europea se originó en 2007,
a partir del colapso de la banca de inversión
estadounidense “Bear Stearns”,
situación que provocó un descenso en los precios de las acciones y la
insolvencia de diversas entidades bancarias.
Esta
situación se extendió desde la Banca a la esfera estatal, generando escenarios
sucesivos de crisis en Grecia, Portugal e Irlanda, entre otros países.
Ante
este panorama, y en pos de resguardar la estabilidad del Euro, la Unión Europea
(UE) decidió adoptar “planes de rescate” para asistir a estas economías.
En
otras palabras, la crisis económica europea tuvo orígenes internos que fueron
gatillados por la crisis de los Estados Unidos. El problema fiscal en las
economías avanzadas tuvo cuatro causas: en primer lugar, las políticas fiscales
procíclicas durante el período de auge previo a la crisis financiera de 2007
(mayor gasto público aprovechando el crecimiento y los mayores ingresos
tributarios del período de auge). En segundo lugar, los costos fiscales
directos de los rescates de los sistemas financieros, debido a burbujas
inmobiliarias en varios países. En tercer lugar, la recesión iniciada en el
último trimestre de 2008, que redujo los ingresos tributarios. En cuarto lugar,
los programas de estímulo económico, que están basados en mayor gasto público y
menores impuestos. El financiamiento de la expansión fiscal provino de un
aumento de la deuda pública externa.
La crisis se ha convertido con el paso del tiempo
en una de las más económicamente dañinas y socialmente costosas de las
experimentadas en el mundo en muchas décadas. Si queremos minimizar el riesgo
de que se repita en el futuro, las futuras generaciones de líderes estamos
obligados a extraer todas la lecciones que la crisis nos ha dejado y aprender
para no volver a repetir los mismos errores.
