sábado, 8 de noviembre de 2014

CRISIS ECONÓMICA EN LA UNIÓN EUROPEA

La crisis Europea comienzos

La crisis europea, que comenzó siendo bancario-financiera (2007-2008) y se convirtió en estatal-soberana (2010), es hoy una crisis de crecimiento

La crisis económica europea se originó en 2007, a partir del colapso de la banca de inversión estadounidense “Bear Stearns”, situación que provocó un descenso en los precios de las acciones y la insolvencia de diversas entidades bancarias.
Esta situación se extendió desde la Banca a la esfera estatal, generando escenarios sucesivos de crisis en Grecia, Portugal e Irlanda, entre otros países.
Ante este panorama, y en pos de resguardar la estabilidad del Euro, la Unión Europea (UE) decidió adoptar “planes de rescate” para asistir a estas economías.
Desde 2010 Europa atraviesa por una crisis de deuda soberana, originada 
tanto en la situación existente pre-crisis, como en las políticas fiscales expansivas implementadas para afrontar las consecuencias recesivas de la primera crisis financiera internacional del siglo XXI.
En otras palabras, la crisis económica europea tuvo orígenes internos que fueron gatillados por la crisis de los Estados Unidos. El problema fiscal en las economías avanzadas tuvo cuatro causas: en primer lugar, las políticas fiscales procíclicas durante el período de auge previo a la crisis financiera de 2007 (mayor gasto público aprovechando el crecimiento y los mayores ingresos tributarios del período de auge). En segundo lugar, los costos fiscales directos de los rescates de los sistemas financieros, debido a burbujas inmobiliarias en varios países. En tercer lugar, la recesión iniciada en el último trimestre de 2008, que redujo los ingresos tributarios. En cuarto lugar, los programas de estímulo económico, que están basados en mayor gasto público y menores impuestos. El financiamiento de la expansión fiscal provino de un aumento de la deuda pública externa.

La crisis se ha convertido con el paso del tiempo en una de las más económicamente dañinas y socialmente costosas de las experimentadas en el mundo en muchas décadas. Si queremos minimizar el riesgo de que se repita en el futuro, las futuras generaciones de líderes estamos obligados a extraer todas la lecciones que la crisis nos ha dejado y aprender para no volver a repetir los mismos errores.